lunes, 10 de junio de 2019

CRÓNICA DE UNA SORPRESA


República del Líbano está en una nueva final. Suena inverosímil, sobre todo si se leen las crónicas previas publicadas en este mismo espacio. Duras derrotas, amargos traspiés y un funcionamiento no siempre sólido configuraban una realidad opaca, donde la chance de acceder a instancias decisivas se sustentaba más en la fe que en el fútbol. Pero, como dicen por ahí, la fe mueve montañas. Y el fútbol es terreno fértil para las sorpresas.

¿Cómo consiguió Líbano llegar al duelo cumbre? Desde lo estrictamente racional, la clasificación se explica por el aprendizaje asumido durante la fase de grupos, aquella que el equipo cerró en el cuarto lugar, con cinco victorias y cuatro caídas. Fueron esos reveses los que permitieron tomar nota de cuestiones tácticas a respetar para el "mata mata". También resultaron fundamentales actuaciones individuales superlativas en momentos decisivos. Y, finalmente, cierto acompañamiento de la suerte, siempre necesaria en tales instancias.

En cuartos de final, Líbano venció por penales a Pilsen. Allí la fortuna sonrió, cuando un tremendo disparo de Gaby sobre el silbatazo final implicó la parda en dos. Desde los doce pasos, Pablo se lució con un par de tapadas que garantizaron el pasaje a la semi, donde esperaba Mandiyú, último campeón.

La fase regular era contundente: el rival de turno, rey invicto de la temporada 2018, había ganado sus nueve encuentros, con 76 goles a favor y 21 en contra. Los antecedentes eran aún más desesperanzadores si se analizaba el mano a mano contra el equipo: paliza 11 a 0 por la séptima fecha. Sin embargo, la realidad era otra.

Líbano pudo contar con una planilla casi completa, a diferencia de aquella jornada, y con una actualidad futbolística y espiritual diferente. Con el alma curtida por derrotas y la voracidad de quien sabe que solo así podía compensar otras facetas, el plantel apretó los dientes desde el primer minuto.

Maxi y Gaby se erigieron en una barrera casi infranqueable para los de amarillo, quienes apenas probaron con remates de media distancia que encontraron buenas respuestas de Pablo. En ataque costó  un poco más, pero el arquero rival dibujó dos tapadas que podrían haber implicado la ventaja parcial.

En el complemento, un remate con desvío de Alan se tradujo en el 1 a 0. No obstante, de inmediato Mandiyú empardó. Allí el mérito libanés fue no sucumbir ante la presión de un adversario que contaba con un promedio de gol de casi ocho conquistas por juego y solo sabía de triunfos.

Con el desarrollo equilibrado, llegó un tiro libre excepcional de Gaby que se clavó en el ángulo e implicó la ventaja. Con ella, el team pudo hacer uso de una carta que en otras tardes no tuvo: el recambio. 

Ricky y Tucho ingresaron en la primera línea ofensiva para aguantar la prolija salida del fondo amarillo, sacrificándose en la contención junto a Dany Maciel. Y, de esa manera, llegó una nueva alegría. Tras abortar una insinuación, Ricky encabezó un contragolpe que culminó con el toque sutil de Luciano en el segundo palo.

Mandiyú reaccionó, descontó rápido y casi lo empata, pero la inmaculada tarde de Pablo bajo los tres palos, con atajadas soberbias, garantizaron el acceso al cotejo más importante de todos.

República del Líbano está en otra final. Lo espera el complicadísimo Ritmo y Sustancia, quien lo superó 3 a 2 en la fase anterior. ¿Podrá esta vez cambiar la historia? El sábado se sabrá.

RESUMEN DEL PARTIDO

REPÚBLICA DEL LÍBANO (3) - MANDIYÚ F.C (2)

GOLES: ALAN, GABY, TUCHO


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